Enviar a los hijos a un campamento de verano en el extranjero es una inversión en su futuro. No solo disfrutarán de unas vacaciones inolvidables, sino que también adquirirán habilidades clave para su desarrollo personal, académico y lingüístico.
Uno de los mayores beneficios es la inmersión total en el idioma. Participar en un summer camp en Irlanda, campamentos de verano en Canadá, en el Reino Unido o en Estados Unidos permite que los niños y adolescentes mejoren su fluidez en inglés de manera natural, rodeados de hablantes nativos.
Además de aprender inglés en el extranjero, los summer camps fomentan la independencia y la confianza en sí mismos. Estar lejos de casa ayuda a que los jóvenes desarrollen autonomía, tomen decisiones por sí solos y fortalezcan su capacidad de adaptación, habilidades esenciales para su futuro académico y profesional.
La diversidad cultural es otro gran atractivo. Conviviendo con estudiantes de todo el mundo en programas de campamentos de idiomas para niños y adolescentes, aprenden a ser más tolerantes, abiertos y a valorar otras culturas, enriqueciendo su perspectiva global.
Estos programas de verano para estudiantes también incluyen una amplia variedad de actividades recreativas y deportivas, desde surf en las costas de Irlanda hasta senderismo en Canadá, teatro en el Reino Unido o deportes extremos en EE. UU. Esto les permite descubrir nuevas pasiones, mejorar su bienestar físico y divertirse mientras aprenden.
Además, vivir esta experiencia internacional para jóvenes puede ser la clave para perder el miedo y decidir estudiar un curso escolar en el extranjero. Conocer de primera mano la vida en otro país les brinda la seguridad y la confianza necesarias para dar el siguiente paso en su formación educativa.
«Estudiar un año en el extranjero es una experiencia enriquecedora que puede ayudar al adolescente a crecer y madurar a nivel personal y académico. Al volver, habrá podido conocerse mejor a sí mismo y descubrir mucho acerca de sus pasiones, deseos y capacidades. Además, habrá desarrollado habilidades y adquirido aprendizajes que le serán de gran utilidad en el futuro. No solo se abrirán más puertas laborales, sino que también será una persona más abierta, confiada y autónoma.»
- Elena Sanz, psicóloga
Por último, asistir a un curso de verano en el extranjero no solo mejora su nivel de idioma, sino que potencia su futuro académico y profesional. Haber vivido una aventura de verano en otro país es un valor añadido a la hora de acceder a universidades internacionales o futuros empleos.
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